El Noé Franz Farna
- Spoiler:
> Nombre: Franz Farna
> Sexo: Masculino
> Edad: 20 (Aparenta 17)
> Fecha de Nacimiento o Cumpleaños: 13 de Diciembre.
> Nacionalidad: Checo
> Memoria del Noé: El Miedo de Noé
> Habilidad del Noé: Franz posee la capacidad abrir portales oscuros que se conectan directamente a su imaginación. Estas puertas le permiten dejar escapar las cosas que imagine y estas se manifiestan en el mundo real como criaturas, criaturas amorfas potenciadas por el poder de la materia oscura. Estas criaturas no pueden considerarse ilusiones o seres materializados, pues en realidad lo que ocurre es que son monstruos que vienen de otra dimensión creada por el poder del Noé. El Noé decide que aspecto tendrán estas criaturas por lo que su aspecto puede ser desde humano hasta el de un demonio grotesco.
Los seres que suele invocar al mundo real con más frecuencia son unas criaturas parecidas a cocodrilos en cuanto aspecto pero su piel presenta una coloración magenta/morada y son un poco más grandes que los animales mencionados.
> Descripción Física: joven de figura esbelta y estilizada, atlético sin llegar a los extremos. Esta desarrollado adecuadamente teniendo un cuerpo flexible y muy estético. Su cabello castaño oscuro, casi negro, lo luce corto pero actualmente trata de dejarlo crecer. Sus ojos son de un color verde oscuro pero que con la luz se ven claros. Piel morena e impecable, de textura suave al tacto. Gusta de vestir con colores claros, principalmente de blanco. En cuanto al tipo de vestimenta le da igual, le gusta vestir con la ropa que sea mejor dependiendo del sitio a donde va. Aunque odia usar ropa, pues desde que despertó como Noé a veces suele "arrancársela" del cuerpo hasta reducirla a jirones -Explicación de esto ultimo más abajo y en la historia.-
> Descripción Psicológica: inicialmente es amoroso y gentil pero luego, por determinadas razones, se vuelve hostil, psicópata y físicamente violento, esto es producto del stress psicológico, lo cual lo lleva a cometer actos tales como asesinato o intentar hacerse daño a si mismo. Cuando combate con los exorcistas es presentado como un chico dulce y amable, pero luego se vuelve intimidante y violento hacia sus enemigos súbitamente y sin razón aparente. Desde niño tiene la rareza de "Destruir" todo lo que esta a su alcance, rareza que ha tratado de combatir desde pequeño pero le es imposible, pero a logrado avances desde su despertar. Pero esto no quiere decir que esta loco, solo cuando se descontrola o lo hacen enfadar pero el resto del tiempo es como una persona normal.
> Historia del Personaje:
- Spoiler:
- Franz nació en Republica checa, mas concretamente en Praga. Los primero años de vida humana del joven Farna fueron normales, ordinarios a más no poder. Nunca se destaco en nada o hizo algo importante. Los padres de Franz siempre fueron concientes de que no era normal, pues desde pequeño Franz tenia el pasatiempo de destruir los juguetes que le compraban, al igual que la ropa, cuando tenia algo nuevo lo reducía a menos que pedazos. Esta costumbre fue avanzando hasta volverse algo critico, todo lo que estaba en manos del Joven Farna por solo un segundo terminaba destruido. Platos, muebles, pertenencias de valor, todo terminaba arruinado intencionalmente por Franz. Los padres del chico, al no querer seguir pagando los gastos del muchacho optaron por abandonarlo a la edad de 15 años. Por su apariencia agradable y gentil fue acogido como hijo adoptivo por varias familias pero al final siempre terminaban por echarlo por todo lo que rompía.
Siempre se mantuvo a expensas de la amabilidad de los extraños. A la edad de 17 años, una anciana que paso cerca de una iglesia donde el chico se encontraba lo invito a vivir con ella. El primer día que paso en la casa de la anciana fue el más difícil, la mujer parecía coleccionar cosas extrañas y frágiles hechas de cristal, colocadas cuidadosamente en vitrinas. La mujer le dio una figura de vidrio muy hermosa, la cual sostuvo entre sus dedos. Quería lanzarlo al suelo y que los cristales se esparcieran por todos lados pero algo lo freno. Era como si su propio cuerpo le dijera que no. Ya no quería ser un maldito nómada, deseaba un hogar fijo y quizás esa anciana podía dárselo si se comportaba como alguien normal.
La mujer respondía al nombre de Adallia, pero le gustaba que Franz la llamara Ada o mama. Vivió durante varios meses en ese lugar, haciéndole compañía a la mujer y ayudándola pues como era una anciana requería de atención especial para algunas cosas que ya no podía hacer por si misma. La mujer era muy bueno con el joven pese a que ningún tipo de laso sanguíneo los unía, lo cual para Franz era sospechoso pero dejo de fijarse en eso con el trascurso del tiempo. La anciana hizo que el habito del muchacho casi desapareciera por completo, aun estaba en el pero este se había vuelto pasivo. Pasaba la mayor parte de sus días dentro de la casa de Ada pues no era bien recibido en los alrededores pues ya era bien conocido quien era por haber sido expulsado de otras casas en el pasado por su problema. Se sentía mal, desolado y sin amigos pues todos lo fulminaban con la mirada a excepción de la anciana, que por cierto también se metía en problemas por hospedar al joven en su residencia. por las noches cuando Adallia dormía y la casa quedaba calma y serena, el chico cerraba la puerta de su habitación y lloraba con la almohada contra su rostro para bajar el volumen de su llanto, así era todas las noches desde que descubrió el odio que prevalecía dirigido hacia el. Cuando caminaba por la calle las personas no lo miraban a la cara, solo escuchaba lo que susurraban entre si al verlo, la palabra que llegaba con mas frecuencia a sus oídos era "Loco" o "Peste" por los daños que causaba al llegar a un nuevo hogar. Cuando cumplió los 18 años encontró una pequeña muñeca tirada en plena calle, la tomo entre sus dedos del mismo modo que hizo con aquel figurín de cristal que Ada le dio alguna vez, el deseo de ver ese juguete infantil convertido en jirones. Se llevo a la muñeca a casa, ansioso, corrió a su cuarto y cerro la puerta con candado para tener privacidad. Tomo unas tijeras que estaban sobre un mueble de madera y comenzó a cortar todas las partes de la muñeca frenéticamente, observando como los pedacitos caían al suelo delicadamente. Su antiguo vicio había ganado fuerza, quería algo más, algo más grande que reducir a nada más que vestigios. Se dirigió al armario donde la anciana guardaba las herramientas para el Jardín y tomo una vieja y oxidada hacha, con ella empezó a cortar árboles al azar. Le provocaba placer ver como las astillas salían volando con cada hachazo. — Señor, ¿que es lo que le hace a los árboles?.— pregunto una vocecita aguda a su espalda, se trataba de una niña pequeña, bueno, en realidad no tanto, le calculo unos 14 años por su altura. Una niña de largo cabello castaño oscuro simulando ser negro y ojos de igual color. — ¿¡Yo!? Nada, solo que estos horribles árboles no me dejan ver con claridad el paisaje y quiero hacerlos desaparecer.— dijo como respuesta para quitársela de encima. La niña no le creyó ni una palabra y lo sujeto de la cintura para evitar que prosiguiera destruyendo los árboles del vecindario. En ese momento, un dolor de cabeza, el mayor que había sentido en todo su vida la forzó a tirar su arma. Unas voces se escuchaban con claridad en su interior. Marcas con forma de cruz aparecieron en la frente del chico a la vez que sus ojos tomaban un color dorado. La niña huyo espantada al ver el cambio en el joven, pero antes de que pudiera acelerar, el joven la tomo del hombro, amarrándola firmemente al grado de lastimarla. — Que linda muñequita... quiero ver que es lo que tienes adentro, linda muñequita... linda muñequita.— dicho eso, sujeto el hacha nuevamente y tiro a la niña al piso de roca. Algo de baba se escurría por los labios del chico, como si tuviera un plato de comida suculenta frente a el. Un grito agudo se escucho en toda la explanada, los gritos eran elevados al principio pero tras tres cortes la niña dejo de vivir y sus alaridos cesaron. Los estigmas en su frente se hicieron más notorios y su piel se tiño de color gris muerto. Una multitud se acerco a el, el idiota no se fue del lugar, se quedo junto al cuerpo de la niña jugando con sus órganos los cuales estaba regados en el suelo como si de una muñeca rota se tratase. La camisa del chico, que era blanca en un principio ahora estaba completamente pintada de un color rojo opaco, pero como no, si Franz literalmente se baño en la sangre de la niña que asesino despiadadamente y lo peor era que... el lo hizo con la idea de que la niña era una muñeca. Las personas que se congregaron a ver el espectáculo ofrecido por el Noé no hicieron más que ver como se revolcaba en el charco de sangre mientras que en su mano izquierda sostenía la cabeza de la niña. Era una visión de la más grotesca.
— ¡Mi hija!, ¡No!, ¡¿Porque paso esto?!.— gritaba una mujer completamente alarmada al ver el cadáver de quien en vida fue su hija siendo maltratado por un hombre enloquecido. Franz se quedo dormido en medio de la calle y con todas esas personas admirándolo a el y al horrible acto que cometió. Cuando despertó, sentía un leve dolor en las muñecas y tobillos. Frente a el había una reunión de personas furiosas con antorchas que contemplaban su cuerpo, el cual estaría desnudo de no ser por un minúsculo taparrabo que le dejaron quedar. Su cuerpo olía a sangre, sus manos y pies estaban sujetados por clavos que los atravesaban para impedir que escapara. Y por si fuera poco, estaba clavado a lo que parecía ser una cruz hecha con tablas. Podía escuchar las voces de las personas gritar al unísono "mátenlo" y "es un demonio que merece morir". El chico aun estaba confundido, no sabía si tener miedo o sentir felicidad. De pronto, un portal negro se abrió en medio de la turba furiosa, de ese hueco oscuro comenzaron a salir criaturas monstruosas, seres solo visibles en pesadillas. El ejército sobrenatural comenzó a atacar a las personas, matándolas sin piedad como buenos demonios que eran. Un animal, uno muy extraño con forma reptil y piel magenta se acerco a el y le dijo con voz ronca — Listo amo, hemos exterminado a todos los asquerosos humanos.— dijo mientras se ponía erguido, parándose sobre sus dos patas traseras solo para liberar al pelinegro de los clavos. Al ser un Noé las heridas desaparecieron en minutos al tratarse de simples clavos. Franz hico algo sumamente raro al tener sus extremidades sueltas de aquellas ataduras. Lo primero que hizo fue abrazar fuertemente al Cocodrilo bípedo que tenia enfrente suyo. A su lado escuchó la voz del "Conde" felicitándolo por haber acabado con esa multitud y cargándolo en brazos lo llevó a conocer al resto de la familia.
Ficha terminada creo jeje... cualquier cosa edito oxo
Saludos.